Las 10 claves para ser más Creativo

Redacción ORH23 diciembre 20149min

En esta nueva entrega sobre el paralelismo en el que trabajo entre el poder que tuvimos en la infancia y lo vulnerables que nos hemos convertido siendo adultos, vamos a hablar de una habilidad en la que los adultos salimos perdiendo con respecto a los niños, la creatividad.

Siendo niños todos éramos muy creativos, nuestra imaginación volaba y nos sentíamos poderosos y capaces de conseguir casi cualquier cosa que nos proponíamos. Sin embargo, de adultos pensamos que la creatividad ya no va con nosotros, que es algo que dejamos solo para unos pocos genios.

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La realidad nos indica todo lo contrario. Cualquiera de nosotros puede ser creativo si se lo propone, solo necesita volver a estimular su hemisferio derecho como hacíamos cuando éramos niños. En el hemisferio derecho se encuentra nuestra parte más creativa. Desde un punto de vista evolutivo de la especie, este hemisferio, donde también se encuentra el sistema encargado de nuestras emociones, es más antiguo que nuestra parte racional que se desarrolló más tarde. Por eso en los niños, hasta los 7 años, la corteza cerebral no está totalmente desarrollada y son pura emoción y creatividad.

El hemisferio derecho trabaja en paralelo, a diferencia del izquierdo que lo hace en serie. Esto ayuda a que la conexión entre ideas diferentes no se produzca de forma secuencial sino de manera aleatoria, sin seguir un patrón o proceso preestablecido.

Por eso los niños pueden comenzar un juego con una historia en la que los personajes principales sean por ejemplo un perro y un elefante que se acaban de conocer y que esta historia finalice con una nave espacial que transporta trenes a otro planeta. ¿Cuál es la relación entre ambas situaciones? Ninguna, salvo la imaginación del niño o niños que han decidido crearla.

Generalmente en el ámbito laboral no se fomenta, de verdad, el ser creativo para conseguir nuevos objetivos. Se habla de ello y se teoriza mucho, pero no se concreta en acciones que lleven a las personas a utilizar su hemisferio derecho, su parte emocional, que les llevará a dar un paso más allá, fuera de los límites de lo conocido y probado.

La mayoría sabemos que el hemisferio derecho se estimula con la acción o cuando estamos en una situación relajada, absortos, casi sin pensar. Dicho de otro modo, se estimula en el momento en que nos encontramos fluyendo con aquello que hacemos.

¿Quiere esto decir que tenemos que utilizar únicamente nuestro hemisferio derecho para ser creativos?

No exactamente. Necesitamos un equilibrio de ambos hemisferios. Pensar en lo que vamos a hacer es clave. Por eso el hemisferio izquierdo nos ayuda a dar forma a las ideas que han surgido de nuestra creatividad, de nuestro hemisferio derecho. A partir de ahí, pasar a la acción, probar diferentes formas de llevarlo a cabo es lo que nos permitirá conseguir soluciones no esperadas. En definitiva, no se trata de volver a ser niños, sino de estimular nuestro cerebro para que el hemisferio derecho nos guíe, es decir, recuperar conductas poderosas que teníamos cuando éramos niños.

Ya hay organizaciones que se han dado cuenta de esto y están creando entornos laborales que estimulan el hemisferio derecho. No es raro encontrar futbolines, mesas de ping pong, paredes de múltiples colores, ordenadores con asientos que incorporan pedales para que trabajemos mientras hacemos ejercicio, toboganes y cualquier otro tipo de objeto en el que podamos pensar y que haga que nos pongamos en movimiento. También existen cada vez en más empresas, salas para relajarse, dormir una pequeña siesta e incluso practicar yoga o meditación.

Y, ¿qué es lo que estimula este hemisferio? Algunas de las acciones o situaciones que podemos generar para estimularlo son las siguientes:

1. Ser consciente de ese momento de vigilia unos minutos antes de quedarnos dormidos. En esos momentos nuestro hemisferio derecho se activa. Por eso es importante apagar dispositivos electrónicos al menos media hora antes de dormirnos.

2. Nada más levantarnos, nos encontramos en otro momento en el que nuestro hemisferio derecho viene de tomar el mando. Tener una libreta y un bolígrafo o un dispositivo electrónico para tomar notas ayuda a plasmar lo que se nos haya ocurrido en ese momento.

3. Activar nuestro cuerpo desde por la mañana. 15 minutos de ejercicio todos los días van a hacer que estemos preparados para afrontar cualquier situación con una actitud más abierta a cualquier posibilidad que se nos ocurra. Aquí la clave es hacerlo en la primera hora de la mañana, justo al levantarse.

4. Cuando vamos conduciendo, en muchas ocasiones entramos en un estado de semi inconsciencia donde dejamos de pensar en lo que estamos haciendo y pasamos a un “modo automático”. En este momento, podemos generar nuevas ideas que debemos registrar para ver su viabilidad a posteriori.

5. Cuando charlamos relajadamente con otras personas también estamos estimulando nuestro hemisferio derecho. La clave aquí no es hablar de trabajo, sino de otros temas que nos sean agradables para que desde ahí podamos generar conexiones a priori no esperadas.

6. Hacer cualquier tipo de deporte no competitivo activará también nuestra creatividad. Una vez más, el deporte nos pone en acción y cada vez que hacemos algo en vez de pensar en ello, nuestro hemisferio derecho toma el mando.

7. Cuando entendemos y aceptamos que ser productivo y eficiente está relacionado con sentirnos bien emocionalmente, es más fácil generar emociones positivas que generen nuevas opciones para resolver cualquier problema al que nos enfrentemos.

8. Crear entornos donde se estimule el hemisferio derecho a través del juego. Si nuestro entorno no lo da, el simple hecho de jugar con una pelota anti estrés o hacer ondas en un jardín zen, nos servirá para estimularlo. De este modo, alcanzaremos más fácilmente estados de relajación que limpien nuestro cerebro de pensamientos que limitan nuestra creatividad.

9. Retarnos a liberar nuestra imaginación para generar conexiones donde a priori pareciera no haberlas. Imaginarnos como resolveríamos el problema si tuviéramos 6 años, incluso preguntar a alguno de los niños que podamos tener cercanos cómo lo harían ellos. Cuando lo he hecho, nunca me han dado la solución, pero si he encontrado una pista que me guiara a probar algo que no había probado.

10. Hay otros momentos donde nuestro hemisferio derecho se estimula, como por ejemplo cuando nos estamos dando una ducha o cuando paseamos tranquilamente sin tener un objetivo más allá de disfrutar del paseo.

En definitiva todas estas situaciones nos llevan a un estado de fluidez donde nuestra parte más inconsciente toma el mando, pasando la parte consciente a un segundo lugar. Es decir como lo hacíamos cuando éramos niños.

CÓMO LO HACEN LOS NIÑOS

• Los niños son capaces de crear cualquier cosa porque se dejan guiar por su imaginación.

• Los niños están continuamente jugando, por tanto estimulando su hemisferio derecho.

• Los niños no se limitan por la racionalidad, porque son puro hemisferio derecho.

• No ponen filtros ni cortapisas a las ideas, simplemente las aceptan o no, sin enjuiciarlas ni limitarlas desde el hemisferio izquierdo.

En definitiva, el objetivo es que obtengamos lo máximo de nosotros a través de usar partes de nuestro cerebro que en el entorno organizacional tenemos casi abandonadas porque nos han acostumbrado desde el colegio a pensar racionalmente y bastante menos a ser creativos. Por tanto, la clave es trabajar divirtiéndonos para estimular nuestra creatividad.


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